Te contamos la importancia de desarrollar tus habilidades blandas

Entendemos a las “habilidades blandas” como a esas competencias no técnicas que tienen o
pueden desarrollar las personas para mejorar su vida laboral y sus relaciones. Este tipo de
destrezas son muy importantes y cada vez más valoradas en los ambientes de trabajo; ¿escuchaste
hablar alguna vez de ellas? Te vamos a contar un poco más.

Para empezar a entender de qué hablamos, es necesario saber que las llamadas “habilidades
blandas” hacen referencia a la capacidad que una persona tiene, por ejemplo, para trabajar en
equipo, sociabilizar, mantener el profesionalismo o una postura ética.

Hoy en día estas aptitudes son tenidas en cuenta con mayor frecuencia porque son
complementarias a las “habilidades duras” adquiridas durante la formación técnica o profesional,
usualmente en colegios y universidades.

Los conocimientos técnicos o teóricos alcanzados en nuestros estudios son fundamentales para
desempeñarse profesionalmente, pero si estos no están acompañados por un buen desarrollo de
las “habilidades blandas” los resultados pueden ser mediocres.

Es que estas habilidades –usadas también en la vida diaria- tienen en cuenta el componente
humano y se basan en la premisa de que todos somos seres sociales que conviven entre sí, y que
por lo tanto actuamos relacionándonos, compartiendo, empatizando y respetando a las personas
que nos rodean en todos los ámbitos.

Es cierto, las empresas y organizaciones buscan empleados que tengan muy pulidas las
“habilidades duras”, pero la clave del éxito profesional hoy en día es tener desarrollada la parte
“blanda” para poder lidiar con aspectos que no se aprenden en conferencias, clases o libros.

Si considerás que no tenés o en tu vida nunca adquiriste destrezas de este tipo, no te preocupes.
Todos las poseemos con diferentes niveles de desarrollo y lo importante es conocerlas, saber que
están ahí y entender lo que nos falta para poder ensayarlas y potenciarlas.

Una de las primeras “habilidades blandas” que debemos considerar es la de la Comunicación
efectiva con otras personas, ya sea al momento de hablar ante una o más personas, presentarse,
dar un discurso o escribir. La habilidad comunicativa es la puerta a la interacción eficiente con
otros compañeros, jefes o clientes.

La flexibilidad es otra de las aptitudes muy necesarias y buscadas en ambientes dinámicos, ya que
nos permite adaptarnos, aceptar y disponernos a los cambios constantes, a la vez que nos impulsa
a mantenernos en formación, aprender nuevas cosas y ser receptivos a las enseñanzas.

Ser agradable, tener sentido del humor, generar amistades, demostrar empatía, cultivar la
paciencia, manifestar calidezautocontrol o ser hospitalario forman parte de un cúmulo de
competencias interpersonales que también hacen la diferencia y suman al esquema de las
“habilidades blandas”.

El compromiso profesional manifestado a través del respeto por los horarios y tiempos laborales,
acompañado por una buena vestimenta, aspecto prolijo, compostura y cuidado personal es otra
de las competencias apreciadas.

Todos estos perfiles son importantes, pero la facilidad por el trabajo en equipo y la cooperación
entre partes, las buenas relaciones interpersonales, una actitud agradable y positiva y la ayuda
desinteresada a otras personas quizás sea la habilidad “blanda” más contemplada por un jefe o
empleador.

Para finalizar, existen otras cualidades destacables como la cortesía, la integridad, la
responsabilidad, la creatividad y curiosidad, la organización, la ética laboral o la resolución de problemas que
pueden encuadrarse dentro de las “habilidades blandas”.

Lo importante es saber cuáles tenemos más desarrolladas y cuáles no para poder empezar a
“practicarlas” y aplicarlas en los distintos ambientes en los que nos desempeñamos, tanto en el
trabajo, como con los amigos o en el hogar.

¿Hay alguna de estas habilidades que necesites desarrollar?

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